Anillo de compromiso
En febrero de 1981 se celebró el compromiso entre Diana y Carlos, el anillo que el príncipe entregó a Diana para sellar y enardecer tal ocasión era realmente espectacular, catorce diamantes formando una corona perfecta que a su vez cobijaba en su interior los 12 quilates que dormían en el zafiro de Ceilán, todo ello montado en una preciosa pieza de oro blanco. Su manufactura pertenece a la reputada joyería Garrard, quienes tasaron la pieza en 28.000 libras esterlinas. Curiosamente, no se trataba de una joya única, ni hecha a propósito para el esperado compromiso, el artesano mostró a Lady Di un gran número de anillos y ella escogió uno que pertenecía a la colección del momento, por lo tanto estaba disponible para cualquier persona que pudiera pagarlo.
Las fuentes cercanas a la realeza comenzaron a desperdigar un bulo en el que afirmaban que Diana había escogido el más grande, pero no era cierto, simplemente se decantó por el que consideró más bonito. Tras el trágico accidente donde la princesa perdió su vida, el anillo fue elegido por Harry (el hijo menor de la pareja) como recuerdo de su madre, por otro lado el primogénito, William, prefirió un reloj de Cartier; pero William y Harry intercambiaron las joyas cara al compromiso celebrado en 2010 de William y Catherine Middleton, el anillo fue modificado hasta en dos ocasiones para ajustarlo a la medida de Catherine, le fue entregado en la fiesta de compromiso en la que el príncipe dijo: “Es el anillo de compromiso de mi madre, es muy especial para mí, y Kate también lo es, así que era justo unir ambos sentimientos tan profundos”. Desde entonces la pieza luce en el dedo de la princesa Catherine de Cambridge.
Tiara Spencer
Creo que es una de las joyas más asociadas a la princesa Diana y a la vez la que conlleva mayor controversia. La reina Isabel II había cedido a Diana una tiara real llamada "Nudo de los enamorados", aunque ésta fue la segunda más utilizada por la princesa, ella puso sus ojos en una pieza familiar para aquel evento que supuso un punto de inflexión en su vida, quiso llevar la tiara de la familia Spencer en la boda, gesto que para ella suponía conservar sus raíces y hacer honor a sus lazos sentimentales con los suyos. Después del enlace, siguió utilizando la tiara, por lo que mucha gente pensaba que era una pieza de la realeza, y además de ello comenzaron a surgir pequeños conflictos dentro de los Spencer por la apropiación de la joya.
Uno de los datos más comentados de la boda fue la decisión de Lady Diana al sobreponer la tiara dejando el precioso velo en un segundo plano, algo que duró durante gran parte de la ceremonia.
Se trata de una elegante pieza nutrida de diamantes montados sobre motivos florales de oro, delicados trazados que incluyen tulipanes y estrellas. Fue usada por Jane y Sarah en sus nupcias, las dos hermanas mayores de Lady Diana Spencer, también en el año 1989, su cuñada Victoria Lockwood optó por poner el broche de oro a su traje de novia con la misma tiara.
En un principio se pensaba que la tiara al completo era del siglo XVIII, pero si nos basamos en las fotografías que la familia Spencer conserva de la joya en las distintas bodas, se puede observar claramente somo su aspecto ha sido modificado en repetidas ocasiones a lo largo de los siglos por distintos maestros artesanos. Las piezas más antiguas de la tiara se remontan al 1820, más tarde la abuela de Diana recibió como regalo de bodas la alhaja de la que se extrajo la pieza central de la actual tiara en el año 1919, ya en el 1935 comenzaría a verse casi con el aspecto actual en diferentes fotografías, puesto que se mandó realizar la Tiara Spencer en el año 1930 y finalmente la última modificación data del 1937. Tras la muerte de Lady Di, la joya volvió a la familia Spencer, más tarde fue cedida temporalmente a la exposición itinerante en la que estaba expuesta junto al vestido.
Ramo, zapatos y pendientes
Los zapatos fueron diseñados por The Shilton, cabe destacar la romántica nota que adquiere el conjunto final de éstos, envueltos en seda, perlas, diamantes y encaje, cómodos, planos, composición cuidada hasta el mínimo detalle, en la planta quedaba plasmada la decoración floral y las iniciales de los novios presididas por un corazón dorado.
Zapatos para un cuento de hadas, de los cuales se hizo una réplica para que en caso de que los originales sufrieran algún accidente la princesa pudiera cambiarlos, la réplica se vendió por 36.000 libras. Antes de pasar al vestido, os hablaré de los pendientes, en este caso fueron prestados por su madre, Diana los llevó durante la primera aparición pública con su prometido antes de la boda, y quiso llevarlos el día de su enlace; sin duda el diseño barroco en forma de lágrima los convierte en una pieza única y con suma elegancia, se trata de un gran diamante abrazado por más de cincuenta pero de menor tamaño.
Vestido de novia
Fue diseñado por David y Elizabeth Emanuel, anteriormente se habían encargado de diseñar algunas prendas de las que Diana había quedado gratamente sorprendida, por lo que finalmente decidió que ellos serían los encargados de llevar a cabo aquella romántica misión. Durante el proceso, todos los bocetos que se iban haciendo acababan siendo destruidos después de que ella los viera y diera su visto bueno, cualquier cosa era poco para preservar el secreto hasta el día de la boda, horquilla de tiempo en la que Lady Diana bajó 3 tallas debido a su bulimia, por ello se aprecia ligeramente holgado en la parte de los hombros.
El vestido de ensueño estaba realizado en delicada seda engalanada con encajes que habían pertenecido a la reina Mary, diez mil perlas, lentejuelas y bordados, todo ello montado en un traje con mangas ochenteras y finalizado por una cola que pasaba de los siete metros; al montar en el carruaje, la cola sobresalía y resultó una verdadera hazaña poder introducirla junto a Diana en aquel asiento, al llegar a la iglesia, se podía observar una gran arruga en aquella inmensa y desproporcionada cola. Los diseñadores quisieron plasmar la juventud de la princesa Diana y a la vez recargar la composición con elementos propios de la realeza.
Diana dejó escrito en su testamento que cuando sus dos hijos alcanzaran 30 años, les serían entregadas sus pertenencias, por lo que el vestido desde que Harry alcanzó tal edad, permanece con la familia a esperas de saber si continuará expuesto junto con el resto de objetos que pertenecieron a su madre en la exposición creada por el hermano de la joven un año tras su muerte, "Diana: A Celebration".
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