jueves, 9 de junio de 2016

Diez huellas de los templarios en España

Resulta muy curioso ver que incluso los no creyentes se sienten atraídos por todo lo que concierne a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, los Caballeros del Templo de Salomón o más conocidos como los templarios.
El Temple fue fundado en el año 1118 por nueve honorables caballeros franceses de los que destacaba el primer gran maestre de la Orden, Hugo de Payns. Inicialmente su único cometido era el de proteger los caminos, guardar de todo mal a los peregrinos que acudían a Tierra Santa después de la Primera Cruzada (1096-1099). El 13 de enero de 1129 la Iglesia Católica convocó en Troyes (Francia) un Concilio para reconocer oficialmente a la Orden del Temple, desde ese instante los templarios comenzaron a crecer de manera progresiva e imparable, su mano se extendía cada vez más y la propia Iglesia les encomendaba misiones en el nombre de Dios, el Temple fue la mayor y más poderosa de las ordenes militares; su mezcla de honor, misterio, devoción y férreos principios ha hecho que se hable de ellos durante el caminar de toda la historia. Se les distinguía por su indumentaria blanca, un color relacionado con todo lo puro e intachable, su pecho estaba presidido por la Cruz Paté, uno de los símbolos más reconocidos de la Orden.
A lo largo de su existencia como caballeros, participaron en las Cruzadas, crearon un prototipo de lo que hoy conocemos como banco y siguieron un patrón económico que enriqueció de manera cuantiosa a la Iglesia, también en las tierras que les eran concedidas construían grandes edificaciones en las que hoy podemos encontrar su sello. En su periodo activo, los templarios fueron el centro de las miradas, admirados y envidiados, han sido tantas las leyendas que nos han llegado que es imposible saber cuáles son verdad y cuáles son meras habladurías; se dice que custodiaban la cabeza de Juan el Bautista, así como el Santo Grial.
Pero como todo lo honorable, no duraría demasiado tiempo, Felipe IV de Francia contrajo una fuerte deuda con los templarios y en un acto de cobardía sin igual instigó al nefasto Papa Clemente V para que disolviera la Orden acusando a los caballeros de toda clase de injurias, entre ellas ritos de iniciación satánicos, magia negra, herejía y robo. Así fue cómo comenzó una persecución descabellada contra todos los integrantes del Temple. Apresados, torturados y avergonzados, aquellos que habían dado su vida por Dios ahora perecían entre falsas acusaciones infundadas por la codicia de un ridículo rey.
El fatídico 18 de marzo del año 1314 el último gran maestre, Jacques Bernard de Molay, fue quemado en una espantosa hoguera frente a la Catedral de Notre Dame junto a los últimos templarios que fueron apresados con vida, cuentan que él lanzó una maldición contra el Papa Clemente V y el rey, se cumplió y ambos murieron en el plazo que el templario había dicho. Lo cierto es que la Orden del Temple nunca se extinguió y hemos sido nosotros los encargados de que entre esas llamas solo se consumiera el alma de los mentirosos, en el fondo los templarios  han conseguido permanecer entre nosotros con su legado hasta nuestros días.

"Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam"

  • El sello de los elegidos en la capilla secreta de la iglesia de Nuestra Señora de la Carrasca de Bordón:
    Este símbolo tiene varios significados, la Cruz Tau es uno de los emblemas representativos de la Orden del Temple, está asociada al culto hacia las deidades femeninas, ya que en el Antiguo Egipto al añadir la T de manera sonora a una palabra pasaba a ser femenina, esto podría estar relacionado a su vez con el culto y devoción del Temple hacia la Virgen. Por otra parte quizás solo estemos ante el simple significado de la inicial de la Orden; también se ha localizado este símbolo en sepulcros de los considerados como mártires. Permanece ligado a cualidades como protección, fuerza, firmeza e incluso en el ámbito cristiano ubicar la Cruz Tau en partes extremadamente visibles de un templo de oración significaba Iniciación Superior. Los significados que más se relacionan con el Temple es el del ocultismo (algo que está conectado a la creencia de que los templarios eran portadores de algunos secretos de magia ancestral) y por otra parte el más emblemático, dicen que lo utilizaban para dejar constancia de lo que era la Orden del Temple "elegidos de Dios". Es habitual encontrar esta cruz por distintos enclaves de nuestro país y a mi personalmente me encanta verlos en lugares como la capilla secreta de Nuestra Señora de la Carrasca, levemente ocultos, pero a la vista de aquellos que saben verlos.
  • La escalera invertida del castillo de Peñíscola:
    Entre los años 1294 y 1307 fue alzado el castillo, anteriormente era el lugar donde se encontraba una de las alcazabas musulmanas (de la palabra árabe al-qaṣbah, ciudadela), dado su emplazamiento a 64 metros sobre el nivel del mar y a que sus dimensiones superan los 200 metros de perímetro y 20 de altura, el castillo templario de Peñíscola fue uno de los más importantes de su época. No es difícil deleitarse con los símbolos templarios por toda la fortaleza, también en su construcción intuimos el halo que produce la Orden del Temple, pero hay un detalle que resulta especialmente curioso; hay una de sus escaleras, concretamente la que conduce a la terraza superior del castillo, que está enfrentada con otra escalera invertida. No está claro el motivo de su fabricación, pero se dice que según la profecía, un día el mundo dará la vuelta y el cielo estará donde ahora está la tierra; por ello los templarios optaron por señalizar la importancia de las profecías ante los ojos de los incrédulos mortales.
  • La celosía de la capilla del Caballero San Galindo en San Bartolomé de Campisábalos:
    Esta curiosa celosía está presidida por el Sello de Salomón, el cual está relacionado con la Orden, tiene propiedades de todo tipo ya que está ligado a multitud de creencias, entre ellas se dice que es un símbolo protector, al que se le atribuye el don de alejar a los demonios y malos espíritus, posee el equilibrio entre el cielo y la tierra, entre lo femenino y lo masculino, así como entre el las energías y la espiritualidad. En el centro del Sello de Salomón podemos ver la famosa estrella de David, y justo en mitad de la misma hay otro símbolo de los templarios por excelencia, la Cruz de las Ocho Beatitudes; esta cruz es un símbolo de meditación, amor al prójimo, espiritualidad, humildad y honor. Está ligada también a otras ordenes militares por su poderoso simbolismo, contiene dentro una Cruz Paté (de las más conocidas dentro de las cruces atribuidas al Temple), una de las principales funciones de esta cruz era portar un idioma codificado el cual solo unos pocos templarios eran capaces de leer. Ambos símbolos juntos forman un icono portador de una fuerza realmente sobrenatural.
  • Las Ocho Beatitudes de la cruz son: 1.Poseer el contento espiritual. 2.Vivir sin malicia. 3.Llorar los pecados. 4.Humillarse al ser ultrajados. 5.Amar la justicia. 6.Ser misericordiosos. 7.Ser sinceros y limpios de corazón. 8.Sufrir con paciencia las persecuciones.
Sello de los elegidos, escalera invertida del castillo y la celosía con el Sello de Salomón

  • Estanque de ceremonias bautismales en el castillo de Zorita:
    Este castillo está especialmente relacionado con la honorable Orden de Calatrava, pero hay muchos indicios de que los templarios pudieron estar en él también. Cerca de la entrada, hay un túnel que va descendiendo hasta conducir a un lúgubre habitáculo con una cúpula octogonal, cabe destacar la enorme importancia del número ocho para el Temple, es un número que para ellos significaba equilibrio, el principio de la vida, resurrección, justicia, regeneración, y lo relacionaban con las Aguas Bautismales, por lo que nos encontramos con una estancia muy propia de los templarios. El estanque estaba abastecido por un aljibe contiguo, también una una estancia interior daba a esta octogonal sala. Las escaleras que preceden a la entrada de la cripta, también se ven influenciadas por el número ocho si contamos sus escalones.
  • La iglesia de San Pantaleón en Cuenca:
    El Consorcio de Cuenca anunciaba en el año 2011 un plan para la recuperación de las ruinas de esta iglesia, considerada como la más antigua del municipio, de la que queda muy poco, la puerta principal y algunos de sus muros con capiteles, ahora bien, esta obra que suponía la musealización del yacimiento, así como aplicar un tratamiento especializado a sus muros para evitar el deterioro por las lluvias, contaba con un presupuesto de 110.019€. Es lamentable ver las ruinas convertidas en una terraza con sillas y mesas como si eso fuera un vulgar bar, lo que viene siendo un insulto a la Orden del Temple, algo que también vemos a escasa distancia de dicha iglesia, en el antiguo convento que ahora es un hotel. El suelo de la iglesia está lleno de tumbas, el templo está datado en el siglo XIII.
  • Tumbas de los Caballeros de la Orden del Temple:
    Burguillos fue reconquistado en el año 1238 por el rey Fernando III, a partir de ese instante los templarios pasan a ser los encargados de instaurar el cristianismo en el territorio, aunque previamente a la reconquista ya el rey Alfonso IX le había asignado estas tierras al Temple. Burguillos permaneció bajo la protección de los templarios desde el año 1238 hasta el 1312, fecha en la que aconteció el Concilio de Vienne en el que entre el Papa Clemente V y Felipe el Hermoso decidieron que el fin de la gloriosa Orden del Temple había llegado. Durante esos 74 años en aquellas tierras, erigieron una antiquísima iglesia, la de Santa María de la Encina (entre otras muchas construcciones), bajo la misma podemos encontrar los restos de varias tumbas templarias, una de ellas en un excepcional estado de conservación, con un aspecto sobrecogedor que infunde un gran respecto, presidida por la Cruz de las Ocho Beatitudes.
Entrada de la cripta con el estanque al fondo, puerta de la iglesia de Cuenca y la tumba templaria

  • La piedra tallada de la fortaleza de Monzón:
    Uno de los castillos que más ha contribuido a la historia de España es el castillo que está integrado en la robusta fortaleza de Monzón en Huesca, allí fue educado por los mismísimos templarios el rey Jaime I de Aragón. También fue el lugar que albergó durante años a la Tizona, la espada del famoso y aclamado Cid Campeador (el cual casó a su hija Cristina con uno de los señores de estas tierras). El Temple estuvo por los parajes colindantes a Monzón desde el año 1143 hasta el fin de su existencia. En el año 2013 saltaba la noticia de una de esas fechorías que tanto nos molestan a los que amamos la historia y la arqueología, un grupo de desalmados había robado una roca de considerable peso que formaba parte de la fortaleza y que se encontraba al ras del suelo con el sello de los templarios, la Cruz Paté. Un vecino del lugar, Javier Serena, dio la voz de alarma haciendo uso de las actuales redes sociales al ver que faltaba la piedra, lo más curioso de este asunto, es que tan solo unos días después el trozo de historia robado era devuelto de manera completamente anónima, depositado en las inmediaciones del castillo entre el más absoluto sigilo; nada se sabe de los ladrones, ni de los motivos que los condujeron a devolver la valiosa roca, pero muchos amantes de todo lo que envuelven a la Orden del Temple comenzaron a recordar el halo mágico y misterioso que siempre ha envuelto a los templarios.
  • El óculo de la ermita de San Bartolomé de Ucero:
    La estrella de cinco puntas ha jugado un papel muy importante en un gran abanico de creencias, tal y como explicaba anteriormente con el Sello de Salomón. Es la representación del poder, la conexión entre el cielo y la tierra, así como la representación de la protección divina en algunas religiones. Para el temple tiene un gran significado, unos dicen que esotérico y otros dicen que le procesaban un culto tan especial por su vinculación espiritual con Jesús de Nazaret. En casi todas las construcciones realizadas por la Orden del Temple podemos encontrar de una manera u otra la estrella de David como símbolo de protección. En la ermita templaria de San Bartolomé de Ucero, encontramos presidiendo el portón principal un óculo en forma de mandala, en su centro está la estrella de David invertida y queda acorazada por cinco corazones, ese número simboliza la búsqueda de la sabiduría y la lucha del ser humano por la vida. También la suma de los dígitos del 23 como dato del total de los grandes maestres del Temple equivale a 5.
Cruz Paté grabada en la piedra de Monzón y el óculo de la Ermita de San Bartolomé

  • Cruz grabada en la roca de Alconchel:
    Bajo la jurisdicción del castillo de Alconchel, el Temple dominó gran parte de aquellas tierras que le fueron otorgadas para restablecer el cristianismo en la misma época que citaba antes al municipio de Burguillos. Debida a su alta ubicación de difícil acceso, esta fortaleza se posicionó como una gran baza para la Orden del Temple; tenía cinco aljibes, y en el punto más alto destacaba la torre del homenaje. El paso de los templarios por este municipio de Badajoz, se extendió hasta el fin de la Orden, fueron múltiples las construcciones que realizaron, pero de nuevo conducimos nuestra mirada hacia uno de esos puntos que no todo el mundo ve, no es una gran iglesia ni una imponente fortaleza, pero es un símbolo ancestral que nos traslada de lleno hasta los pasos de los honorables templarios. En uno de los caminos, entre el polvo que levantaban los caballos del Temple a su trote, hay una roca distinta a las demás, pues en su centro los templarios grabaron una cruz que quedará como sello de su paso para siempre.
  • La leyenda de la Torre Sangrienta:
    Jerez de los Caballeros fue uno de los emplazamientos ocupados por los templarios hasta la extinción de la Orden, se dice que no se rindieron ante las tropas del rey, pero poco a poco fueron perdiendo caballeros y terreno, hasta que se vieron rodeados en una de las torres de la fortaleza de Jerez; allí fueron cruelmente degollados. Cuenta la leyenda que antes de morir, estos caballeros hicieron un último acto de honor, en el nombre de Dios forjaron un juramento en el cual cada uno de ellos regresaría de la tumba para volver a recorrer los caminos hacia Tierra Santa protegiendo una vez más a los peregrinos de cualquier mal. Los lugareños afirman que en las noches desnudas sin luna, cuando el cielo solo da cobijo al manto de estrellas, tras las doce campanadas que anuncian la media noche, los caballeros templarios degollados regresan del más allá para cumplir lo que juraron en vida. No es una aparición que se haya visto como tal, pero cuentan que justo cuando cesan las campanadas se escucha silbar, silbidos que no cesan durante horas hasta que el sol irrumpe entre la oscuridad, los más ancianos aseguran que se trata de la Santa Compaña templaria, los caballeros llamando a sus corceles para ir hacia Tierra Santa, que cuando ven el salir sol tristes por no poder hacer frente a su juramento regresan a la muerte hasta la próxima noche sin alma, una noche sin luna en la que volverán a esperar por sus caballos.
Cruz grabada en la roca de Alconchel y la Torre Sangrienta de Jerez

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