La literatura artúrica ha presentado a lo largo de la historia distintos puntos de declive, pero su repercusión siempre ha sido la cuna de las leyendas de Gran Bretaña. La figura de Arturo ha sido relacionada con el Santo Grial, así como la de sus caballeros, se dice que el fin de las reuniones alrededor de la famosa tabla redonda no era otro más que el de dar con el paradero de la reliquia más preciada. Principalmente el rey Arturo está situado en Camelot a lo largo de la literatura que lleva su nombre, pero también encontramos otra ubicación, Ávalon, es aquí donde se cuenta que Arturo agonizante por las heridas causadas por su propio hijo Morded manda tirar su espada Excálibur al lago, donde Nimue (la Dama del Lago) alza su mano ataviada con una delicada seda blanca entre las aguas y cogiendo a Excálibur desaparece bajo las profundidades. La versión más aceptada es que Arturo obtuvo la espada forjada por el mago Merlín de una roca donde el anciano la había colocado, pero tanto el origen, como la pérdida de la espada (existen relatos que asocian el episodio final de Excálibur con Lancelot), tienen diferentes versiones, y dependiendo del autor se le da un enfoque u otro, ya que la literatura artúrica es realmente amplia y variada.
Las primeras referencias que tenemos de esta mágica espada las encontramos en el libro Historia de los reyes de Britania, de Geoffrey de Monmouth, antiguamente las armas predilectas de los héroes jugaban un papel muy importante en las leyendas o relatos, por lo que un personaje de la talla del rey Arturo debía tener la suya, así nace la legendaria Excálibur. El personaje de Arturo está basando en Lucius Artorius Castus, un alto mando del glorioso ejército romano que sirvió a Roma entre el s.II y el s.III, este hombre contaba con una gran e intachable carrera militar, comenzó siendo centurión en la III legión Gallica llegando a ser prefecto de la VI legión Vitrix. Se dice que murió de anciano y que sus hazañas fueron recorriendo la tierra de boca en boca, Artorius ha sido relacionado con las tropas de caballería sármatas y con la guardia y defensa del Muro de Adriano, fortificación encargada de proteger la frontera del magno Imperio Romano y especialmente diseñado para alejar a los pictos. Entonces, de igual manera podemos indagar en el origen de Excálibur, y para ello dejamos Britania y nos adentrarnos en la espectacular belleza de los parajes de Chiusdino, ubicado en Siena (Italia), última morada de Galgano Guidotti.
Escultura en el lago de los jardines de Kingston Maurward, representa la mano de la Dama del Lago portando a Excálibur
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Relicario que guarda el cráneo |
Existen otras versiones de la leyenda, hay que tener en cuenta que en este tipo de episodios que dan forma a la historia influyen varios factores que adulteran el origen real de los sucesos; antiguamente no se disponía como es obvio de los medios de comunicación de los que gozamos hoy en día, por eso era habitual que los trovadores llevaran entre sus repertorios las leyendas o hazañas contadas de varias maneras y alteradas añadiendo oscuridad o heroicidad (según procediera) con el fin de dar más énfasis a sus muestras, a esta practica de añadir o restar cualidades se suma la iglesia, mostrando así a los santos con un halo de valentía y honor muy pulido y consagrado, también con el paso del tiempo el plagio y la pésima traducción de las fuentes fidedignas nos conducen hacia una fuente de información ecléctica y difícil de desenmarañar, que conforme se van copiando textos los errores van tomando una elasticidad peligrosa (algo que continúa estando a la orden del día). Con esta historia me ha costado realmente conseguir datos verídicos o contrastados (hasta el punto de mantener un cruce de emails con personas del lugar), de los cuales solo quedan en pie los monumentos eclesiásticos y la espalda clavada en la roca.
La otra versión afirma que San Galgano hizo el mítico gesto con su arma como un milagro ante los incrédulos que se mofaban de él y lo ridiculizaban, entre los que se encontraban sus amigos más cercanos y su prometida, por lo que relega la leyenda de las apariciones del arcángel a un segundo plano situándolas únicamente en visiones cobijadas en sus sueños, parece ser que esto ocurrió después de volver de construir su Abadía tras el encuentro que tuvo lugar con el Papa Alejandro III el cual tras escuchar de su propia voz los encuentros con el arcángel lo había animado a edificarla, ahora bien, la Abadía fue alzada entre los años 1212 y 1288, por lo que la fecha de la muerte de San Galgano convierte esta versión en una completa invención.
Una tercera versión indica que el caballo de Galgano se negaba a continuar caminando con el hombre en su lomo, es entonces cuando él comienza a rezar, lo hace tan profundamente que el corcel empieza a caminar pero cambia su rumbo, y termina conduciendo a Galgano a Montesiepi, donde lo esperaba el arcángel que ya había visto en sueños, baja de su caballo y clava la espada en una roca para crear una cruz simbólica con la empuñadura y se retira a vivir ahí como un ermitaño durante casi un año, esta versión estaría corroborada por una roca que se conserva junto a la reliquia antes mencionada, el Sasso Santo, las señales que dejó el caballo al arrodillarse ante San Miguel Arcángel.
Capilla de Montesiepi, inscripción que indica el lugar donde se arrodilló el caballo y la Abadía
La espada de San Galgano permanece custodiada en la Capilla de Montesiepi
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