El pintalabios rojo y la Segunda Guerra Mundial

Hoy en día es muy común poder adquirir en cualquier tienda de cosmética una amplia gama de colores.
Pero en la IIGM el pintalabios rojo aportó luz y color a un mundo en blanco y negro sumido en las sombras.

Si hablamos de la historia del pintalabios, tendríamos que remontarnos a Mesopotamia, más concretamente hace 5000 años.
Desde entonces muchas culturas han sucumbido a su uso, incluso en el Imperio Romano se utilizó para diferenciar rangos, incluidos los hombres.
También Cleopatra a base de huevos de hormiga, escamas de pescado y escarabajos, obtenía su preciado tesoro rojo intenso.

Pero es en la IIGM cuando aporta un toque especial a las sombras que asolaban la humanidad.
Tanto es así que el presidente Winston Churchill, decidió no parar la producción de este labial como había hecho con el resto de cosméticos al racionalizar su comercio.
Hacía que las mujeres se sintieran mejor, en tiempos de crisis es uno de los productos más vendidos, daba buena cara al instante, y a las enfermeras les proporcionaba un poco de alegría.

El rojo de labios, también fue un símbolo de independencia y desafío, un destello de poder entre las mujeres.
Bandera de las sufragistas a principios del siglo XX.
En la IIGM E.Arden, creó varios tipos de rojo a juego con los uniformes de las mujeres que participaron en la guerra, con él la mujer se sentía femenina y a la vez fuerte, patriótica.

Las chicas pin up que tanto animaban a las tropas, por aquel entonces ya usaban como signo de identidad su pintalabios rojo.

El caso, es que este color para las mujeres siempre será eterno.

Las huellas de la tierra